Ayer de madrugada te cortaron las alas. Viste tus plumas descolocadas por el parqué y te dijeron que no volverías a volar... JAMÁS. Crees que todo llega al suelo por su propio peso y parece que el suelo llamó a tu puerta.
Entonces lees en el periódico sobre tu aterrizaje forzoso. Qué pesados, no dejan de repetir "nunca volverá a volar". Y tú, enfadado, sales al mundo que hay detrás de las cortinas lilas. Quieres demostrar a todos que eres valiente.
Que te digan "no puedes" nunca significó que no pudieras. Y con un pequeño brinco, fuiste capaz de ver todas las calvorotas.
Vaya... vuelas.
Es lo que pasa cuando te dicen "no" y no lo intentas. Que todos se equivocan.
Mi querido Carlis, me acuerdo de ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario